miércoles, 12 de abril de 2017

Tomboy (Reseña).





Título: Tomboy, una chica ruda.
Título original: Tomboy.
Autor: Liz Prince.
Editorial: Alfaguara (PRH).



Tomboy. Una chica ruda acompaña a una galardonada artista y autora a través de los años de su infancia y adolescencia, y explora, con humor, honestidad e intensidad, lo que significa "ser una chica".

Su autora, Liz Prince, ha sido ilustradora para Adventure Time, Steven Universe y Regular Show.

Al crecer, Liz Prince no era una niña muy femenina que digamos, no se ponía tutús rosas ni jugaba a ser una dulce princesa como las demás niñas de su vecindario. Pero tampoco era exactamente uno de los chicos. Era más bien algo en medio. Pero con las presiones de la secundaria, la preparatoria, los papás, la amistad y el romance empujándola hacia todos lados, ese "en medio" no era precisamente un lugar fácil en el cual estar.


Tomboy es la autobiografía ilustrada de la ilustradora Liz Prince en la cual, con un peculiar sentido del humor busca cuestionar los estereotipos y prejuicios bajo los cuales vivimos desde nuestra infancia, las prácticas machistas, el abuso escolar, el maltrato psicológico y la evidente falta de empatía en nuestra sociedad, pero eso lo vamos a hablar más a detalle en las siguientes líneas.

Por ahora quiero contarles un poco sobre algunos elementos literarios del libro que han llamado muchísimo mi atención. En primer lugar las ilustraciones que son, en su mayoría, minimalistas y cumplen con la función de ayudar al lector a digerir y complementar la información que se le está brindando. Al tratarse de una historia gráfica se tiene poco espacio para descripciones extensas y personajes profundos, sin embargo, no se siente la ausencia de estos elementos debido a que la autora tiene bien definido el mensaje que quiere compartir y ha elegido sabiamente las ilustraciones y textos que representan fielmente dicho mensaje.



En Tomboy podremos ver la historia de vida de Liz, desde su infancia hasta su adultez y en cada una de estas etapas vamos explorando temas con los cuales podemos sentirnos identificados o, en el mejor de los casos, causar un impacto en nuestra manera de entender el mundo.

Hay algunos temas que salen a relucir en esta historia de los cuales vale la pena hablar. El primero de ellos es, obviamente, el concepto heteronormado de "género" que la sociedad ha impuesto sobre todos y cada uno de nosotros. La pequeña Liz nunca se sintió cómoda usando vestidos por lo cual se negaba a usarlos y solía ser confundida con un niño, incluso le gustaba, no porque quisiera ser un niño, sino porque se negaba a aceptar la imagen "femenina" que se esperaba de ella.



Con el paso del tiempo comenzaron a llegar distintas situaciones como las relaciones afectivas/sexuales en la adolescencia. En esta etapa de su vida, Liz tuvo que lidiar con nuevos problemas como la percepción de su nuevo cuerpo y la comparación cruel e injusta con el cuerpo ideal que el estándar de belleza socialmente aceptable: cuerpo delgado pero con curvas, piel perfecta, cabello siempre radiante y uso de maquillaje natural pero nunca exagerado.

A lo largo de la historia podemos encontrar a otras “Tomboy” con las que Liz comparte momentos, a veces buenos, a veces malos. Estas chicas nos ayudan a entender que a pesar de tener mucho en común con ella cada una tiene su propia personalidad, estilo y filosofía de vida, en otras palabras nos prueban el punto de que cada persona es diferente y que son esas diferencias las que nos unen; particularmente esta historia nos ayuda a entender también que hay no solo una sino muchas formas de ser mujer y cada una de ellas es valiosa a su manera.



Hasta aquí la reseña de esta semana, espero que les haya interesado y por  favor no te vayas sin dejarme tu opinión sobre este libro, cuéntame  ¿Le darás la oportunidad? ¿Ya la leíste? ¿Qué opinas de la obra y de su autor? ¿Qué otros títulos del autor te interesan?


¡Los leo pronto!

miércoles, 5 de abril de 2017

Bodas. El verano (Reseña).



Título: Bodas. El verano.
Autor: Albert Camus.
Editorial: Debolsillo (PRH).



Las páginas de Bodas y El verano, reunidas aquí y confundidas en la especie de gloria meridiana de sus títulos, revelan las corrientes ocultas que alimentaron la obra de Albert Camus.

Bodas es en cierto sentido el fragmento de un diario de viaje espiritual, morosamente detenido en el éxtasis de una tierra en la que nada ocurre fuera de ella misma, de su propia y oscura fuerza vital.

Los escritos de El verano tienen en la tenacidad y en la aspereza que distingue a su hermosura la marca histórica que llevan los escritores que, después de la última guerra, en vez de resignarse a la muerte del espíritu, ponen todas sus energías en la lucha por su supervivencia.




Si tuviera que elegir una palabra para describir este libro diría nostalgia.

Albert Camus nos lleva de la mano por un recorrido nostálgico, artístico, espiritual y humanista a través de sus recuerdos en la tierra lejana que lo vio crecer. Nos muestra paisajes variados, coloridas montañas, pequeños santuarios de vida aislados del mundo, formas, colores, olores, sensaciones. “Bodas. El verano” es una experiencia elevada, trasciende fronteras, ofrece al lector una nueva perspectiva de lo que significa leer pero ¿Cómo lo consigue? Vamos a hablar de ello.

Uno de los elementos que sobresalen en este libro desde las primeras líneas es la poesía, ese lenguaje universal que despierta nuestros sentidos, fortalece lazos con lo que nos rodea y nos conecta a todos como seres humanos. Camus describe paisajes y recuerdos con hermosas palabras que erizan la piel y transportan al lugar en cuestión. Como lector no se puede ser indiferente a las sensaciones que este tipo de escritura provocan. Uno termina enamorándose más de la vida.


Otro punto sumamente importante es la reflexión. Camus no solo describe poéticamente todo cuanto recuerda, ve y siente sino que lo complementa con reflexiones que van desde lo más sencillo hasta lo más profundo, nos da a conocer sus pensamientos sobre la vida y la muerte, la felicidad, la tristeza, las relaciones humanas, la naturaleza, la necesidad de aferrarnos al pasado, la resistencia al cambio, el miedo al futuro, la ansiedad del presente.

Por último, los temas que aborda en sus reflexiones son temas con los que cualquiera puede sentirse identificado ya que el autor fue completamente transparente y directo, pone sobre la mesa dudas existenciales que nos han acompañado por mucho, mucho tiempo y, a pesar de que expone su claro punto de vista sobre estas cuestiones, permite que sea al final el lector quien diga la última palabra y forme sus propias conclusiones.

Para quienes estamos acostumbrados a leer géneros como novela, cuento o narrativa, este libro puede resultar un poco pesado, lento a veces, sin embargo, una vez que logras adaptarte al cambio las cosas fluyen y tú con ellas. Aun así considero que esta es una lectura para disfrutarse de a poco, no la recomendaría para alguien que se inicia en el hábito porque es posible que no logre asimilar todos estos elementos que la conforman funcionando al mismo tiempo.  

Por supuesto que, como todo libro, hay varias maneras de leerse e interpretarse. Puede leerse como una serie de historias o cuentos de un hombre recorriendo el mundo, como poesía que entra por los ojos y llega hasta el alma, como una reflexión sobre nuestro estilo de vida o bien como un conjunto de todas las anteriores, esto dependerá del lector y del momento en el que el libro llegue a ti.

En mi caso esta fue una lectura exquisita que sirvió a su vez como detonante para noches de debate conmigo mismo, como reconciliación con la naturaleza y la vida misma y como escaparate a una realidad alterna en la que solo suceden las cosas que quiero que sucedan.





Hasta aquí la reseña de esta semana, espero que les haya interesado y por  favor no te vayas sin dejarme tu opinión sobre este libro, cuéntame  ¿Le darás la oportunidad? ¿Ya la leíste? ¿Qué opinas de la obra y de su autor? ¿Qué otros títulos del autor te interesan?


¡Los leo pronto!